La vigilancia epidemiológica habla de números y casos. Hasta el 12 de marzo de 2016 (Semana Epidemiológica 10), eran 6.480 casos notificados, 1.349 descartados, 863 confirmados de microcefalia o alteraciones sugestivas de infección congénita causada por el virus Zika. En 97 casos, se confirmó la presencia del virus a través de exámenes específicos. La terminología epidemiológica nos hace olvidar que estos casos fueron antecedidos por mujeres enfermas – el olvido de las mujeres no puede ser naturalizado por la biopolítica de las enfermedades. Al hablar de casos, ignoramos historias y sufrimientos, angustias y desamparos. La epidemia del «síndrome congénita del Zika», que engloba casos de microcefalia y/u otras alteraciones del Sistema Nervioso Central asociados a la infección por el virus, tiene geografía y clase en Brasil: son mujeres pobres y provenientes del nordeste de Brasil las principales afectadas por la nueva enfermedad. Entre los niños y niñas con señales indicativas del síndrome congénito del Zika, 72% son hijas de mujeres de los estados de Bahia, de Paraíba, de Pernambuco y de Rio Grande do Norte.