El principio ético de la autonomía reproductiva es uno de los ejes fundamentales de las teorías bioéticas. Las técnicas de diagnóstico prenatal y el avance de la genética vienen ampliando el abanico de posibilidades de elección reproductiva, permitiendo, por ejemplo, la selección en casos de diagnóstico de malformación fetal. En este artículo, el caso de la sordera será analizado, en especial el argumento de la comunidad Sorda que defiende la preferencia por el nacimiento de niñas y niños sordas como forma de mantenimiento de la identidad cultural sorda. El argumento culturalista de esta comunidad, el de que la sordera no debe ser considerada una discapacidad, es discutido, siendo ponderado en qué medida las decisiones reproductivas de futuros padres pueden limitar el desarrollo de sus futuros hijos.