“¿Quién los infectó?” Es una pregunta comúnmente escuchada en los entornos clínicos durante una emergencia de salud. Los manuales de salud pública consideran la cuestión de interés para las poblaciones, considerando que hay una necesidad de identificar el cuerpo enfermo que puede representar un riesgo para los otros. Es una pregunta que demanda una confesión sobre uno mismo o sobre otros: ¿La persona enferma cumplía con el distanciamiento social y las protecciones requeridas? ¿Estaban vacunados o no? Durante episodios globales de VIH/SIDA, Ébola, y Zika, plantear esta pregunta ha sido parte de las políticas de salud, y las investigaciones han analizado su pertinencia o relevancia en el manejo de estas crisis, explorando también algunos de sus impactos afectivos y morales en los sobrevivientes. Lo que nos preocupa es la insistencia de la pregunta “¿Quién los infectó?” como parte de una rutina en la atención clínica durante una emergencia de salud pública sin reflexiones éticas concomitantes sobre cómo esto afecta a los sobrevivientes.