La administración del expresidente George W. Bush y el consecuente renacimiento de las disputas sobre el aborto en los Estados Unidos han puesto los desafíos éticos de la objeción de conciencia en el centro de atención de muchos periódicos internacionales sobre bioética en la última década. Los análisis bioéticos cubren un amplio rango de perspectivas: desde la ética hospitalaria entre mujeres y médicos, hasta los análisis constitucionales sobre cómo proteger las necesidades fundamentales en el contexto de sociedades pluralistas. En los últimos años han sido elaboradas algunas directrices administrativas claras, considerando las realidades institucionales de los países desarrollados, la mayoría de ellos con sistemas de salud privados. Estas incluyen normas que establecen que la objeción o el rechazo son un derecho individual y no institucional y que los proveedores de atención médica tienen la responsabilidad de remitir a una mujer a un proveedor de servicios de atención médica similar.
