Nordeste de Brasil, diciembre de 2014. Llegan multitudes a los consultorios médicos describiendo síntomas de una enfermedad misteriosa: manchas rojas en el cuerpo, picazón intensa, conjuntivitis y fiebre baja. Científicos y médicos corren contra el tiempo para esclarecer el misterio. Tiempo después, mujeres que relataron haber tenido dengue leve durante el embarazo reciben un diagnóstico aterrorizante durante el prenatal: manchas blancas en la cabeza e interrupción en el desarrollo del sistema nervioso central de dos bebés. Filas de recién nacidos con cabeza chica llenan las maternidades de cinco estados brasileños.
En abril de 2015 el improbable virus del zika es detectado como el responsable de la misteriosa enfermedad en Brasil. Apenas siete meses después queda comprobada su relación con la microcefalia y otros síndromes neurológicos – en recién nacidos y adultos. En febrero de 2016, la Organización Mundial de la Salud decretó situación de emergencia global. Entre febrero y junio de 2016, Debora Diniz pasó temporadas en el nordeste brasileño, conviviendo con mujeres comunes, médicos y científicos; en el exterior, de diciembre de 2015 a abril de 2016, participó de grupos de trabajo de la Organización Panamericana de la Salud.
A partir de este punto de vista original y de un riguroso levantamiento bibliográfico, la autora cuenta la historia de la epidemia brasileña que amenaza al mundo. Mucho más allá de información sobre prevención, transmisión, riesgos del zika para mujeres embarazadas, síndrome de Guillain-Barré y otras complicaciones, la antropóloga revela historias hasta ahora inéditas en la prensa. Con foco en la población nordestina – lejos del centro de atención y de los incentivos financieros del gobierno -, Zika: Del interior nordestino a la amenaza global muestra que gracias a estas vidas sufridas, el zika, con toda su potencialidad devastadora, se reveló desde el interior para el mundo.
