“En la mañana del 29.05.1968 en Sítio Morada Nova, el imputado ocasionó, usando una podadora, violentas heridas a su propio hermano” [traducción nuestra], narraba la denuncia del Ministerio Público. El acusado era Juvenal Raimundo de Araújo, quizás Juvenal Raimundo da Silva. No se sabía con seguridad su nombre porque se negaba a hablar, no presentaba documentos civiles y estaba loco. Por haber cometido un acto violento, fue confinado en un manicomio psiquiátrico, bajo la justificación de tratamiento, y nunca más volvió a la libertad. Permaneció en clausura durante 46 años. Esta no es una historia ficticia. Es una historia de injusticia analizada en este libro, que inaugura la colección Bioética y Salud. Juvenal fue el hombre que ha quedado más tiempo confinado en un manicomio judicial en Brasil, abandonado a la espera de una decisión oficial sobre su experiencia, vetado de la vida social y del reconocimiento de derechos. Si la Justicia considera 30 años como la pena máxima para prisión, ¿qué fue lo que sucedió allí durante todo ese tiempo? La autora trató de responder a esa pregunta al analizar el dosier de Juvenal, bajo la guardia del manicomio judicial. Ella estudió detenidamente el archivo para realizar un análisis de las prácticas discursivas de saber y poder sobre Juvenal. Su estudio revela el funcionamiento “de la máquina de abandono que confiscó la existencia de Juvenal”.
