La escuela es un espacio para promover la ciudadanía y, en este sentido, debe ser democrática e inclusiva. Una escuela que promueva la igualdad de género es espacio pedagógico donde se aprende que la determinación del sexo es mucho más que naturaleza o biología, es también régimen político de la vida. Por eso creemos que la escuela es lugar para la enseñanza del respeto mutuo. Eso no significa que la escuela va a disputar con la casa o la iglesia – hay valores morales que aprendemos y enseñamos en nuestra vida privada. Pero es principalmente en la escuela que convivimos por primera vez con personas diferentes a nosotros: los niños y niñas verán que hay diferentes colores, religiones y modos de presentarse en el mundo. Una escuela que promueva la igualdad de género será un espacio privilegiado para la formación de una sociedad libre de odio, violencia o persecución.
