Las emergencias de salud pública exigen acciones rápidas, y constituyen situaciones en las que debemos adaptar nuestra capacidad de respuesta frente a escenarios no previstos. Por esto, los gobiernos, las instituciones y los especialistas deben conocer y aprender con los impactos de epidemias anteriores para el enfrentamiento de sus efectos. Estudios sobre los impactos sociales de la reciente epidemia del virus zika en Brasil muestran cómo niñas y mujeres fueron desproporcionadamente afectadas en comparación a los hombres – y miles de ellas siguen viviendo las consecuencias del legado del zika. Ya se espera que se repita lo mismo, probablemente de manera todavía más grave, frente a la actual emergencia de salud pública. Las desigualdades de género, raza y clase deben ser reconocidas para el enfrentamiento a los impactos sociales de la pandemia del COVID-19.