Joselito y Maria Carolina viven en Esperança, ciudad del interior de Paraíba, y son padres de Maria Gabriela, una niña nacida con el síndrome congénito del virus Zika. La pareja narra el itinerario de medicalización de la vida familiar por la epidemia, y reclama «el derecho al conocimiento» como forma de protección a la vida. En esta nota, argumentamos que el derecho a la información es garantía fundamental para las personas afectadas por la epidemia, pero “conocimiento” presupone un marco amplio de reconocimiento que incluye el compartir de protecciones para una vida digna.