La epidemia de Zika en Brasil inauguró un nuevo momento para la discusión sobre interseccionalidades para protección y defensa de la justicia reproductiva durante emergencias en salud pública. La crisis del Zika evidenció como las ausencias de respuestas sensibles a las iniquidades, especialmente de género y raza, exacerban las desigualdades y permiten el agravamiento de las crisis. El contínuo problema de salud pública causado por el virus Zika y por la Covid-19 agrava un largo espectro de violaciones de derechos humanos, especialmente derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y derechos de protección social de niños y niñas con discapacidad y sus cuidadoras. Para las mujeres, niñas, niños y familias afectadas o viviendo en regiones endémicas, el Zika se volvió una epidemia sin fin que aún exige persistencia de acciones locales y nacionales para protección de derechos.
