El artículo trae una serie de sugerencias de buenas prácticas de participación de la comunidad en la preparación y conducción de investigación, como armonización de los protocolos de investigación con intereses locales; toma de decisiones inclusivas alrededor de la investigación; construcción dialogada de orientaciones y recomendaciones relacionadas al tema de la investigación adaptadas y accesibles al contexto social, económico, cultural y sanitario de los grupos e individuos; participación de comunidades no geográficas, tales como grupos de pacientes, personas más vulnerables a la infección o peor pronóstico, o personas afectadas por determinada enfermedad en la toma de decisiones; así como el establecimiento de estrategias de evaluación y discusión entre los involucrados sobre el proceso, resultados y consecuencias de la investigación en el contexto post epidemia para identificar problemas, brechas de conocimiento, comunicación e información, entre otros.